En 2004 mi regalo de cumpleaños fue una modesta Benq DC2410.
Por fin podía hacer fotos sin tener que preocuparme por si valía la pena o no revelarlas. Su mayor pega: carecía de zoom óptico.
Después vino la Nikon Coolpix L4. Todo un salto cualitativo, y un paso que tardé mucho en dar. Quedé maravillado con la mejora de calidad respecto a la Benq.
La Nikon me dio muchas alegrías y puede llevármela a todas partes gracias a sus reducidas dimensiones. Empezaba a tener «el dedo flojo» y a disparar más sin control. Me di cuenta de que necesitaba algo más…
En verano del año pasado (2007) me di el capricho. Una Olympus (mi padre tenía una analógica que guardo con admiración). Modelo: E-500. Un modelo que estaba a punto de ser descatalogado, pues había sido presentado en septiembre de 2005. Pero una buena oferta también, justo lo que estaba esperando.
Sin tener apenas conocimientos de fotografía, la E-500 se vino para casita. Tenía mucho que aprender de la mano de mi primera SLR (single lens reflex) digital…
Mientras tanto, me di cuenta de que necesitaba una compacta algo más potente que mi Coolpix L4. Especialmente para las salidas al monte, donde cargar con la Olympus podía resultar algo incómodo. Así llegó la Canon Powershot A 590 IS…
Al principio, todo hay que decirlo, no me acababa de convencer. Estuve pensando incluso en devolverla. Pero en cuanto me acostumbré a ella, empezó a gustarme mucho. No llegaba al nivel de la Olympus, pero daba la talla perfectamente para salir al monte. Y en el monte fue donde la perdí… Así que no tuve más remedio que buscarle una sustituta…
Una cámara con unas prestaciones sorprendentes para su época: fue presentada en julio de 2005. Esta antiguedad y las supuestas pegas con el ruido me hicieron darle muchas vueltas a la decisión. Finalmente opté por ella, y la verdad es que muy satisfecho.
Pero volvamos a la Olympus E-500…
Como digo, mi primera réflex digital. Y digo primera porque estoy seguro de que no será la última, como comentaba hace unos días… Las ofertas hoy en día son más tentadoras que nunca, pero de momento creo que trataré de sacarle el máximo partido a mi querida Oly…
Personalmente, estoy más que satisfecho con ella. Todo lo que sé sobre fotografía (que sigue siendo muy poco), lo he aprendido con esta cámara. Una fiel compañera a pesar de sus pegas. Como el limitado surtido de ópticas, al menos si la comparamos con las Canon o Nikon equivalentes… O el hecho de que no puedas pasar de 400 ISO para unas tomas decentes…
Pero todo ello está sin duda compensado por la calidad general de la cámara. Y más ahora que empiezo a saber sacarle más partido. Lo que está claro es que siempre recordaré a esta Olympus E-500, mi primera réflex digital… Espero seguir aprendiendo, y que vosotros estéis ahí para verlo…